SOBRE LA ANOMALÍA LUNAR


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Ángel Ruiz Cediel  @angelruizcediel  miércoles, 7 de marzo de 2012


Todos, sin excepción, han podido ver estos días en el hemisferio norte, y particularmente en España, que el cuarto creciente, además de adelantado a la fecha prevista, tenía forma de “U”, cuestión que sólo sucedería si España estuviera en el ecuador y no a 42º promedio de latitud. Por otra parte, sabemos que la Luna (al igual que la Tierra), tiene tres movimientos básicos, traslación, rotación y libración, siendo que éste último, la inclinación o bamboleo aparente de la Luna, es aproximadamente de entre 5 y 7º de arco, cosa que al mismo tiempo que hemos podido ver todos que su ubicación era anormal debido a la luz que reflejaba del sol, ha sido (es, porque todavía puede ser observado a simple vista u ojo desnudo) coherente con su inclinación o libración aparente, pudiéndose afirmar que está tumbada a la izquierda unos 42º sobre su posición natural. Esto, por sí mismo, implica que sería la Tierra la que ha modificado su eje de giro, tumbándose 42º hacia el Sur. Un hecho por sí mismo de una importancia tal que habría requerido (y requiere) una explicación urgente de las autoridades (especialmente de las astronómicas) que no se ha verificado, cual si nadie hubiera visto nada o lo que se ve fuera completamente normal.
Y no lo es, claro. Nada hay de normal en esto, ni es una cuestión baladí que los planetas o los satélites, siempre impertérritos, modifiquen su conducta de este modo. Los planetas no se tumban 42º porque sí, sino por influencias de otros cuerpos estelares presentes que están interactuando con el campo electromagnético solar y terrestre, que son los que, si no hubiera esas fuerzas ajenas, mantienen a la Tierra en su posición natural. Algo, por otra parte, coincidente con un periodo en el que en ciertos países se están dando fenómenos atmosféricos propios del verano (calor, coincidente con una posición ecuatorial), los cuales se encuentran a una aproximada latitud como la de España, como los tornados que asolan estos días el medio-este norteamericano, como los atípicos remolinos que están apareciendo en el Atlántico o la actividad sísmica exacerbada de los últimos días y aún la atípica sobreexcitación coronal que está experimentando nuestra estrella.
Indicios que bien pudieran ser síntomas de una enfermedad cuyo nombre y consecuencias nos están escamoteando las autoridades políticas y astronómicas, pero de los que no se infiere nada precisamente bueno, sino más bien todo lo contrario. Síntomas que coinciden en el tiempo con la cada vez más abrumante aparición en todos los mass-media, incluidos los televisivos de países del Lejano Oriente o de Rusia,  de filmaciones de dos soles (también en España han sido visto pocos minutos después del amanecer y pocos minutos antes del ocaso), los cuales nada tienen que ver con montajes o con reflejos. La hipótesis Nibiru, lejos de ser un disparate propio de algunos individuos con sus capacidades intelectivas alteradas, tal y como sugería el sistema oficial, está convirtiéndose en una evidencia de consecuencias imprevisibles…, o más que previsibles.
Hace algunos meses, cuando la fiebre del cometa Elenin había desquiciado a medio mundo, dije en esta misma columna que aquel evento había sido usado por el sistema para desacreditar otro fenómeno que vendría después, y que ahora pueda ser que estemos comenzando a percibir, ya sin posibilidad de engaño por parte de las autoridades porque será visible por todo el mundo desde cualquier lugar de la Tierra en muy poco tiempo. Que el sistema quisiera agotar la resistencia de la ciudadanía a los “fines del mundo” para que ahora no tenga crédito alguno quien dé aviso de cuanto está sucediendo en nuestro entorno, no pretende sino mantener el orden social hasta el último momento y evitar que el sistema mismo colapse y se desate un caos de tal magnitud que lo que no consiguiera un fenómenos astronómico esta magnitud lo lograra la propia conducta instintiva humana. Algunos creemos, sin embargo, que, aún en el peor de los escenarios, de nada vale esconderse o huir porque no hay dónde o adónde, y tal vez sea peor el remedio que la enfermedad, y que, en cualquier caso, mejor es esperar al destino a pie firme que conducirnos como animales irracionales: lo que tenga que suceder, que suceda, de algo hay que morir. Sin embargo, no creo que sea para tanto. Lo que sí creo, y me indigna soberanamente, es que veamos lo que estamos viendo y que nadie diga nada, que las autoridades nos tomen por idiotas y no expliquen con todo detalle cuanto saben, facultando con ello que iluminados, locos, vivales o escatólogos hagan su agosto particular con el pánico de las ciudadanos.


Gregg Braden, científico y místico

“Por primera vez en nuestra historia, el destino de nuestra especie, de toda nuestra especie, descansa sobre las elecciones de una sola generación”
Gregg Braden, científico y profeta

Gregg Braden es hoy uno de los escritores que mejor han logrado combinar la ciencia y la espiritualidad. Conocido principalmente por libros como “El poder de la profecía” o “La matriz divina“, Braden explora en su trabajo cómo antiguas tradiciones y nuevos descubrimientos científicos van inequívocamente encaminados hacia un mismo destino…
Gregg Braden trabajó como experto en geología computacional durante años para compañías como Phillips Petroleum o Cisco Systems, desarrollando una sólida carrera como científico y experto en informática. Pero llegó un momento que se dio cuenta que había profecías que la ciencia estaba empezando a confirmar poco a poco en nuestros días… como las relativas a la inversión polar.
No me voy a extender mucho más porque una de las grandes virtudes que tiene Braden es precisamente su capacidad de comunicación. Como comprobaréis en la extensa entrevista que os presento, nuestro científico sabe explicarse perfectamente, y términos científicos que pudieran parecer difíciles no lo son tanto bien explicados.
Hoy más que nunca, lo que tengamos dentro de nosotros es lo que nos encontraremos fuera. Si logramos tener un interior armonioso, si encontramos el amor que siempre está al fondo del armario, lograremos encontrar los buenos sentimientos también de los demás.
Y nos daremos cuenta de que no hay diferencia entre tú y yo.
Os dejo con ésta magnífica entrevista.
¿Es verdad que los polos magnéticos de la tierra están ahora mismo en pleno proceso de cambio?
En realidad desde mayo-junio-julio de 2002 las publicaciones científicas dan por ampliamente conocido y aceptado por primera vez que estamos en un proceso de inversión polar.

En los años 60 los geólogos estaban seguros de que la tierra atravesaba por una inversión así periódicamente. Lo sabían por muestras subterráneas, de hielo y fósiles, así como por las partículas magnetizadas que quedaban encerradas en ciertas posiciones en el interior de las rocas terrestres.
Los geólogos estaban tan seguros de ese fenómeno que de hecho tenían mapeados los últimos cuatro millones y medio de años, y los registros resultantes sugerían que la tierra había pasado por catorce de dichas inversiones de los polos.
En aquella época, 1961 y 1962, los científicos pensaban que la última inversión polar se produjo hacia la época de la última glaciación, hace de diez a doce mil años. También estaban seguros de que iba a volver a suceder, pero no antes de varios milenios, por lo que no había nada de lo que preocuparse.
Pero en los años 90 los geólogos se pusieron a perfeccionar este tipo de información. Se había estado diciendo que faltaban miles de años para que esto volviese a suceder. Empezaron diciendo aquello de: “Bueno, puede pasar pero dentro de unos milenios”.
Pero ahora hay evidencia reciente que procede de muestras de hielo antártico y de Groenlandia que demuestra que eso podría volver a suceder tan pronto como en una década.
Ahora sabemos que en la actualidad los polos se están moviendo. Lo estamos viviendo ahora mismo. No sabemos con exactitud el significado de esto porque, aunque haya pasado catorce veces en los últimos cuatro millones y medio de años, nunca había sucedido con más de seis mil millones de personas viviendo en la tierra.
¿Estás diciendo que es de conocimiento generalizado?
Es de común conocimiento entre las personas que deben saber estas cosas. Por ejemplo, los reglamentos de la Fuerza Aérea Americana dicen que, cuando los polos se mueven entre cinco y ocho grados, las pistas de los aeropuertos deben ser vueltas a numerar para hacer que las cifras se correspondan con los rumbos magnéticos que están viendo los pilotos.

El primer aeropuerto de los Estados Unidos en cumplir esta norma fue Minneapolis/St. Paul, en el que se invirtieron del orden de ochenta y cinco mil dólares para renumerar y adecuar las cabeceras de las pistas.
Pero lo que sucedió en el contexto temporal de mayo-junio-julio de 2002 es que revistas como Nature, Science, Scientific American y New Scientist publicaron artículos en los que se afirmaba que definitivamente nos encontramos en un proceso de inversión magnética, y las notas de agencia de Associated Press lo recogieron.
Los científicos no tienen idea acerca de cuál va a ser el impacto de esto en las rejillas de fuerza electrónicas y electromagnéticas. Es más, no saben lo que supondrá para el sistema inmunológico humano. Ciertas modalidades alternativas de sanación han demostrado la conexión entre el sistema inmunológico y el magnetismo, lo cual también podría llevar aparejado que nuestros sistemas inmunológicos muy bien podrían estar sintonizados con los campos magnéticos de la tierra.
Sabemos que las aves y los animales migran siguiendo las líneas esos campos magnéticos. De ahí que se especule con que los cambios que se están produciendo en esos campos magnéticos sean los responsables del cambio en los patrones migratorios de las aves que se han registrado en Asia y en Norteamérica.
El cambio en los campos también podría explicar por qué las ballenas se están varando. Las líneas de navegación que siguieron las ballenas siempre han cambiado y ahora las conducen a la playa. Cuando las devolvemos al mar y las liberamos, ellas vuelven a alinearse con las mismas líneas magnéticas y, al seguirlas, vuelven a terminar en la playa.
Por lo tanto sí, es de conocimiento generalizado. Las revistas científicas más respetadas dicen que ya estamos en este cambio. Y aunque no sepamos con precisión lo que esto supone, es significativo que esté siendo algo reconocido por esa clase de literatura contrastada y no sólo por revistas especulativas o seudo científicas.
¿Cuándo se reconoció por primera vez este cambio magnético?
Debe haber sido hacia junio o julio de 2002. La gente me envió correos avisando de que lo habían visto y dándome las referencias. También yo mismo encontré referencias en las revistas.

¿Sobreviviremos a una inversión polar completa?
Cualquier respuesta a esa pregunta necesariamente pertenece al reino de la especulación, porque en la historia de los registros humanos tradicionales nunca ha sucedido.

Por otro lado, hay tradiciones nativas y antiguas tradiciones bíblicas hebreas que sugieren que puede haberse producido un cambio magnético más recientemente que durante la última glaciación. Eso fue hace 10.000 o 12.000 años, pero dichas tradiciones sugieren que el último cambio puede haber pasado tan recientemente como hace sólo 3.600 años.
Las legendas nativas hablan de un día hace 3.600 años cuando el sol salió por el oeste como siempre lo había hecho, permaneciendo en el cielo más de un día entero para ponerse después por el este, pero al día siguiente salió por el este y se puso por el oeste, como lo hace hoy en día.
Las tradiciones hebreas también cuentan este suceso, añadiendo que sucedió durante una batalla. Los antiguos hebreos lo tomaron como una señal de que uno de los bandos recibió ayuda celestial porque estuvo en la luz lo suficiente para completar la batalla a su favor.
No podemos verificar esto por las rocas o los registros fósiles porque 3.600 años es un periodo de tiempo demasiado corto para que tal acontecimiento se refleje en ellos. Lo único que tenemos son tradiciones, leyendas y mitos preservados en documentos escritos y orales.
Sin embargo, lo que nos cuenta la tradición es que, si fuese a pasar algo así, la gente de la tierra sobreviviría a ello. Se viviría un día realmente extraño pero, si las antiguas leyendas son ciertas, aquello pasó y la gente aparentemente sobrevivió. Pero no sabemos cómo afectó esto a sus vidas.
¿Tienes alguna idea acerca de cómo podría alterar la conciencia este cambio magnético?
La especulación es que hay una correlación entre el magnetismo y la conciencia. A fin de que comprendamos como pudiera funcionar esa conexión, resulta práctico compararla con la memoria de un ordenador.

Los campos magnéticos de la memoria se mantienen en su lugar gracias a una carga eléctrica -una carga circulante- que está en el interior del propio ordenador. Cuando las baterías del ordenador se terminan, la carga se agota y la memoria se pierde. Tenemos que volver a instalar el sistema operativo.
De manera similar, tanto investigadores como descendientes de pueblos indígenas creen que, cuando la tierra pase por lo que la ciencia considera una inversión magnética, también atravesará por un enorme cambio y limpieza de su conciencia. No habrá nada que sostenga todos esos patrones magnéticos que fueron instalados.
Por tanto, cuando seamos despertados por este cambio seremos conscientes de nuestra verdadera naturaleza, nuestra verdadera esencia. Y la memoria de todo lo malo, de todas las cosas malas que han pasado, todo el resentimiento y el ego y lo que hemos tenido los unos en contra de los otros como individuos y como naciones dejará de ser parte de esa nueva conciencia, de esa nueva rejilla.
Desde ese punto de vista, muchas tradiciones predicen, sienten o especulan que estamos aproximándonos al tiempo de lo que ellos llaman la Gran Limpieza, y que esa limpieza está produciéndose a nivel de la memoria central consciente.
Entonces es posible asumir que nuestra memoria está conectada de alguna manera con este campo magnético
Eso creo. Lo creo debido a los extraños relatos de los astronautas que salieron de la tierra y viajaron al espacio durante el Programa Apolo.

Al abandonar la atmósfera de la tierra y orbitar el planeta a muchas millas de su superficie, los efectos del magnetismo terrestre sobre ellos eran insignificantes. Y los astronautas empezaron a tener experiencias para las que no estaban preparados ni habían sido entrenados, experiencias completamente inesperadas.
Cuando estaban en el espacio y contemplaban la tierra, empezaban a tener sentimientos y percepciones, despertares y sensaciones que nunca tuvieron cuando estaban en ella. Esto significó algo diferente para cada uno de ellos.
De manera muy similar, amigos míos que estuvieron en Vietnam volvieron completamente cambiados. Aquello cambió a todos. Para algunos de ellos, el cambio fue tan doloroso que nunca pudieron ni siquiera hablar de ello pero, para las vidas de otros, ese cambio fue un catalizador y hablan incesantemente de ello.
Y creo que ahora ha habido un programa especial del Public Broadcasting Service que documenta este mismo fenómeno con los astronautas, que nunca volvieron a ser los mismos después. Cuando regresaron, algunos no sabían qué pensar de su experiencia en el espacio exterior.
Algunos cayeron en el alcohol y las drogas. Otros canalizaron el cambio que se produjo en ellos mediante proyectos muy positivos que afianzaron sus vidas.
Uno de los de este último grupo fue el Dr. Edgar Mitchell, que fundó la Noetic Sciences Organization (Organización de Ciencias Noéticas) en un esfuerzo por corroborar el fenómeno de la conciencia humana. Otro astronauta emprendió la búsqueda del Arca de Noé y terminó encontrándola metida en el hielo del Monte Ararat, exactamente donde la Biblia dijo que estaría.
Entonces la implicación señalada es que estos astronautas, debido a haber dejado el campo magnético de la tierra, han tenido algún tipo de despertar espiritual.
Desde luego pasaron por una catarsis cuando no estaban bajo la influencia del campo magnético de la tierra.

Vemos que también pasa algo similar cuando observamos los campos magnéticos de la tierra. Su presencia sobre la superficie de la tierra no es constante, y los mapas de curvas disponibles del Servicio geológico de los estados Unidos muestran las intensidades variables de los campos magnéticos sobre la superficie de la tierra, dónde son de una intensidad muy alta y dónde son de una intensidad muy baja.
Dichos campos han ido cambiando con el tiempo y en realidad podrían dar cuenta de por qué las poblaciones humanas migraron a los lugares a los que lo hicieron. Han debido ir siguiendo estas curvas de nivel magnético.
Lo que sucede es que en los lugares de magnetismo muy bajo, donde los campos son prácticamente inapreciables, parecen producirse innovaciones y cambios tremendos. Donde el magnetismo es tradicionalmente alto se encuentran sitios de estancamiento en los que los cambios, pese a producirse, tardan mucho tiempo y después sobrevienen muy lentamente.
Si yo llegase aquí procedente de otro mundo y no supiese nada sobre la gente de la tierra, y estuviese buscando un sitio donde la oportunidad de cambio fuese máxima, yo buscaría las curvas de valor cero.
Y si observas un mapa actual del magnetismo de la tierra, encontrarás una curva de nivel cero que corre a lo largo de la Costa Oeste de Norteamérica, subiendo a lo largo de la costa de California hasta la de Alaska. En otras palabras, ¡el magnetismo a lo largo de la Costa Oeste es casi nulo!
Cuando pensamos en la Costa Oeste, pensamos en la alocada California.
Bien, la verdad es que California es una semilla, una de varias, y tradicionalmente ha sido muy innovadora en tecnología, ciencia, moda, finanzas y artes, debido a que allí hay una oportunidad cambio tremenda.
Dentro de Norteamérica, la contracara de esto sería la zona de máximo magnetismo, en la que los campos magnéticos son los más densos. Y la encuentras en el interior de algunos estados sureños, los mismos estados tradicionalmente considerados conservadores.
Esto no significa que allí no pueda haber ningún cambio. En vez de esto, lo que señala es que ese cambio tarda mucho más tiempo y la gente tiene que ver una razón verdaderamente buena para salirse de lo que siempre estuvieron haciendo.
Entonces, donde el campo magnético es menos denso, ¿la gente está más abierta a lo que surja en el momento?
Está abierta al cambio, punto. Eso no significa que el cambio sea ni bueno ni malo, ni correcto ni incorrecto. Es importante que sea claro acerca de esto. La conciencia de la gente será lo que determine cómo se producirá ese cambio.

Daré un ejemplo irónico. Hay una curva de nivel cero que corre justo por la mitad de Oriente Medio. En realidad corre casi directamente sobre la zona del Canal Suez, pasando justo sobre Israel, a todo lo largo de la costa del Mar Rojo.
Sí, justo en esa zona hay una curva de nivel cero. Esto supone que la zona esta avocada al cambio. Pero nuevamente, el modo en el que llegue el cambio -ya sea pacífico y constructivo o iracundo y destructivo- estará determinado por la conciencia de la gente que vive allí.
Entonces ¿esto no es ni bueno ni malo?
Exacto. Sencillamente es una oportunidad para el cambio. Al mismo tiempo, las curvas de mayor nivel de magnetismo de todas las del planeta tierra han estado tradicionalmente sobre partes de la antigua Unión Soviética, Rusia y Siberia.

Sabemos que en esa parte del mundo ha estado emplazado un sistema estacionario y que, cuando ha sobrevenido algún cambio, éste ha sido lento y doloroso, de largo plazo y se ha producido con mucho sufrimiento. Pero cuando ha sucedido, ha producido un efecto cascada, ha sido casi de la noche a la mañana.
Por tanto, las correlaciones entre la conciencia humana, las oportunidades para la innovación, para el cambio, para hacer las cosas de una manera nueva, y el magnetismo de nuestro mundo, son muy interesantes.
La Tierra tiene muchas regiones de alto y bajo potencial de cambio.
Nuestros lectores van a querer saber cuál es la mejor manera que tienen de afrontar los cambios que se están produciendo en nuestro mundo en su conjunto.
Seré tan conciso como pueda. Creo que la respuesta a eso quizás está mejor encriptada en las palabras quienes nos precedieron, los antiguos Esenios, en un texto que tiene más de 2.500 años.

Nos recuerda nuestra relación con el mundo que nos rodea, y simplemente dice que nuestro mundo no es nada más ni nada menos que un espejo de aquello en lo que nos hemos convertido en nuestro interior.
Por lo tanto, cuando contemplamos desde esa perspectiva un mundo que parece cruel, descerebrado y colérico, que produce sufrimiento a nuestras hermanas y hermanos de todo el planeta, ese mundo es un espejo de aquello en lo que nos hemos convertido como individuos, familias, sociedades y naciones.
No es bueno ni malo, ni correcto o incorrecto. Simplemente es un reflejo de quienes somos. La condición del planeta es un mecanismo de retroalimentación.
Entonces, si queremos ver cambios en nuestro mundo, debemos convertirnos en ese cambio en nuestras vidas cotidianas. Si queremos ver paz, tolerancia, entendimiento, compasión y perdón a nivel global, debemos convertirnos en eso. En la mesa de la cena. Con nuestras familias. Debemos convertirnos en eso en nuestras escuelas.
Debemos pedir que se nos entretenga mediante la paz, la compasión y la comprensión. Eso no tiene por qué ser tedioso o aburrido. Puede seguir siendo emocionante, pero no tiene por qué ser brutal, descerebrado, cruel o despiadado.
En nuestras vidas diarias, a cada momento de cada día, hacemos la elección que niega o afirma la vida en nuestros cuerpos. Porque estamos vinculados mediante esa rejilla. Todas nuestras elecciones individuales quedan depositadas en esa respuesta colectiva a nuestro futuro.
Si queremos ver un cambio colectivo, tenemos que convertirnos en ese cambio individualmente.
Tenemos esta fecha de 2012 en la que mucha gente está diciendo que es el momento del cambio global o Ascensión. ¿Qué crees que va a pasar?
La fecha de 2012 es interesante porque aparece en las tradiciones mayas y egipcias, en algunas tradiciones cristianas e, incluso, en el código bíblico (que es, en sí mismo, algo muy controvertido).

Tengo la sensación de que esa fecha podría ser cualquier fecha. Si nos concentramos en una fecha y vivimos nuestras vidas preparándonos para el cambio en esa fecha, nos perdemos la vida.
Desde mi punto de vista basta con que nos limitemos sencillamente a vivir al máximo cada día, con que conciliemos las experiencias que se nos cruzan cada día en nuestro camino, con que aprovechemos las oportunidades de honrar la vida, de honrar nuestras relaciones mutuas.
Siendo honestos, dignos de confianza, considerados, cariñosos y compasivos, viviendo esto cada día, ya estamos preparados para cualquier cosa que posiblemente pueda venir en 2012 o cualquier otro día de otro año o en cualquier momento de nuestro futuro.
Conozco gente que están viviendo sus vidas guardando contenedores llenos de comida y municiones, preparándose para el día en el que nuestro mundo cambie. Lo entiendo, y creo que está bien ser autosuficiente. Entiendo lo que están expresando.
Pero lo que veo también es que dedican una parte demasiado grande de sus vidas a prepararse para ese día y se pierden la belleza y el misterio de la vida que se despliega cada día. ¡Percibir esa belleza y ese misterio es lo que nos prepara para los mayores desafíos!
Entonces básicamente, si lo que queremos es aprovechar este cambio con el mejor resultado positivo posible para nosotros, ¿la clave está en que vivamos cada día dando de nosotros el máximo amor y la mayor compasión?
Sí y, para que así sea, tenemos que vivir cada día de manera consciente. Ser conscientes de las oportunidades. Reconocer las oportunidades que nos salen al paso. Cada día se nos ofrece la oportunidad de ser tolerantes con otros sistemas de creencias, de perdonar a alguien que nos haya herido o enojado, de enmendar nuestros juicios acerca de lo que debería o no debería pasar en nuestro mundo.

Si podemos conciliar todas esas cosas cuando se nos cruzan y manejarlas conscientemente en ese momento, sabiendo que al cambiar la manera en que nos sentimos cambiamos la química de nuestro cuerpo, estaremos preparados para cualquier transición que la tierra vaya a atravesar.
No sé si todo esto tendrá sentido.
Sí, para mí lo tiene. ¿Queda algo verdaderamente importante que decir como cierre para nuestros lectores que podamos habernos dejado?
Por primera vez en nuestra historia, el destino de nuestra especie, de toda nuestra especie, descansa sobre las elecciones de una sola generación. Y lo que acabamos de hacer es hablar de en qué consisten algunas de esas elecciones.


Página oficial: Gregg Braden

 


Esferas de Piedra en Costa Rica

Esferas de Piedra en Costa Rica

Prefacio


El Delta del Diquís, ubicado en el pacifico Sur de Costa Rica, en la baja Centroamérica, alberga una de las manifestaciones escultóricas y culturales, más sorprendentes y singulares de toda la América prehispánica.

Se trata de las monumentales esferas de piedra, descubiertas en la espesa jungla tropical costarricense, donde en otras épocas se desarrollara una particular cultura amerindia que dominó todo el delta y un amplio territorio en torno a él.

El alto grado de perfección de estas singulares efigies y la gloriosa manifestación de su pasado, evocan incógnitas similares a las planteadas por las pirámides mayas y aztecas, los colosales rostros de la isla de Pascua, los abrumadores muros de Sacsayhuamán, las megalíticas cabezas olmecas, la ciudad de los dioses en Tiahuanaco, las reliquias de Anáhuac, o el encumbrado emporio de Machu Pichu, entre muchos otros tesoros amerindios.

La conquista, el exterminio y los ineludibles siglos han desdibujado las memorias de la notable civilización que las esculpió, pero las edades no pudieron destruir sus esféricos monumentos ni corromper el oro de sus orfebres.

Las primeras esferas de piedra fueron descubiertas en el año de 1939, cuando la “United Fruit Company”, transnacional estadounidense, inició la siembra de miles de hectáreas de plantas de banano. Los trabajos de “limpieza del bosque” chocaron de frente con la rebeldía de unas imponentes rocas redondas de tamaños y volúmenes diversos. Centenares de esferas de granito sólido, plagaban literalmente los futuros campos de siembra. Aquella, por demás extraña, cosecha neolítica brotaba incansable conforme se deforestaba la selva.

Pocos meses después del hallazgo, la arqueóloga, Doris Zemurray Stone, inició el estudio preeliminar de los monolitos. En 1948, el reconocido arqueólogo Samuel K. Lothrop, experto en civilizaciones indígenas americanas, comienza sus sondeos.

Las investigaciones de estos pioneros, anunciaron al mundo que las esferas de piedra halladas en Costa Rica, poseen (entre muchas más) cuatro notables características que las distinguen de otras esferas prehispánicas reportadas en el continente Americano:

1) La extraordinaria cantidad producida.

2) Su gran tamaño y perfección esférica.

3) El fino acabado en sus superficies.

4) El hallazgo de conjuntos de esferas formando alineaciones o figuras geométricas.

¡No existe registro alguno de esferas de piedra, en toda la América, ni en el resto del mundo que reúnan las características señaladas!

Desde entonces y hasta la fecha un numeroso contingente de científicos e investigadores de todo el mundo, especialistas en diversas ramas, intentan dar respuestas a las principales interrogantes que plantean las esferas del Diquís. ¿Quiénes las hicieron? ¿Cómo fueron realizadas? ¿De qué manera las trasportaron? ¿Qué edad tienen? ¿Con qué propósito fueron hechas? ¿Qué significan?

El Museo Nacional de Costa Rica, desarrolló en la década de 1990 el proyecto “Hombre y ambiente en el Delta del Diquís” cuyo propósito fue el de arrojar más luz sobre el misterio de las esferas y sus creadores. Los resultados del proyecto aun no han sido publicados, pero cualquier ciudadano puede acceder a esta información, previa solicitud formal al Departamento de Antropología del Museo. Es obvio y necesario que dicho departamento aplique ciertas restricciones, pues algunos documentos pueden constituir un verdadero mapa del tesoro, para los inescrupulosos saqueadores de tumbas.

Las investigaciones continúan y hoy podemos decir, sin temor a equivocarnos que: Las esferas de piedra, fueron erigidas por una nación amerindia, que se instaló y desarrolló en el Delta del Diquís, desde tiempos inmemoriales. El grupo humano responsable de las esferas, estuvo altamente organizado. La manufactura de estos monumentos fue realizada por medio de las ancestrales técnicas de picado y pulido de la roca.

Su fabricación se dio en un ininterrumpido periodo que abarcó más de un milenio. Este hecho sorprende a los estudiosos porque demuestra que durante mil años los creadores de esferas, tuvieron control soberano de sus territorios y salvaguardaron por todo ese tiempo la paz en la región.

Semejante estabilidad social, mantenida por siglos, es un fenómeno poco usual, y nunca antes registrado en la llamada “Zona Intermedia” ubicada entre las grandes civilizaciones mesoamericanas, al norte del continente, y las ciclópeas culturas andinas del sur.

Son muchas las interrogantes que surgen en torno a estos singulares monumentos y sus creadores, pero confiamos en que el trabajo de los expertos logre esclarecer lo que aun está en el misterio.

Cuando observamos la obra de los prehispánicos hacedores de esferas, podemos ver a través de ella el desarrollo de una habilidad y tecnología, sin precedentes en el mundo antiguo: La esculturización de miles de toneladas de sólido granito, en cientos y cientos de esculturas esféricas, con una perfección de estrecha tolerancia. Logrando esferolítos desde el tamaño de unos pocos centímetros hasta el monumental diámetro de 2.57 metros. Más alucinante aun, fue su comprobada capacidad de replicar el tamaño de sus esferas con una incomprensible exactitud milimétrica.

Para alcanzar esto se requirieron conocimientos sofisticados, precisión matemática, destrezas dominadas en el manejo de herramientas, ingeniería de transporte etc.

¿Por qué todo este enorme derroche de habilidad, ciencia, arte y tecnología en el corte y traslado de grandes moles de piedra, no fue aplicado para ningún otro objeto? ¡Todo este conjunto de técnicas fue consagrado a la fabricación de una sola forma! La esfera.

Si bien la idea de la esfera, fue concebida por diversas culturas prehispánicas en el continente americano, esta nunca evolucionó (exceptuando en el Delta del Diquís) como concepto escultórico de proporciones monumentales.

En el horizonte estilístico de la América indígena, estas esculturas redondas presentan una ruptura con respecto a las formas típicas de la estatuaria precolombina de todo el continente. Dicha ruptura se manifiesta en el claro interés por representar en la piedra y de manera monumental, un concepto abstracto (la esfericidad). Las formas artísticas en otras manifestaciones culturales amerindias, giran en torno al mundo de los sentidos, con modelos animales, vegetales o humanos, expresados con exquisita estilización. Las esferas del Diquís quebrantan esos paradigmas tradicionales y se avocan a incorporar una contemplación, no presente en el mundo natural, reflejando con ello un dominio conceptual de la tan abstracta idea de esfericidad.

Por tanto, lo realmente admirable de los prehistóricos hacedores de esferas del Delta del Diquís, no son las esculturas redondas en si mismas, (las cuales lograron con tan prodigiosa maestría), sino más bien el cómo, bajo cuál atmósfera cultural y con qué instrumentos sociales y de trabajo las realizaron. Y ante todo, cómo fue posible que estos amerindios del neolítico, desarrollaran hace más de dos mil años el tan abstracto concepto de la esfericidad, mismo que no lograron las grandes civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, Siria, Grecia, Roma, etc. Estas culturas se conformaron con el dominio geométrico y filosófico del círculo, mismo que les alcanzó para levantar sus imperios.

No puedo evitar el desborde de mi imaginación al pensar en las deslumbrantes construcciones arquitectónicas, que con estos conocimientos hubiesen podido edificar los notables amerindios del Diquís.

Hoy sabemos que las condiciones climáticas, tectónicas, y el desborde cíclico del río Diquís o Grande de Térraba, sobre la llanura aluvial, hubieran frustrado todo intento de fundar en la zona cualquier edificación ciclópea… pero de haber sido posible ¿Qué formas alucinantes hubiesen tenido esas construcciones?

Cuando observo la impar obra de esta cultura aborigen, me pregunto: ¿De donde nació la obsesión por lograr tan extraña y numerosa empresa? ¿Quien y por qué, exigió a los artesanos semejante perfección? ¿Cuál fue el propósito de ese enorme esfuerzo continuado por siglos? ¿Cómo fue concebida la primera escultura esférica? ¿Qué fue de estos incansables escultores?

No tengo respuestas a tales inquietudes, pero el descomunal trabajo que supuso el labrado, picado, pulido y movilización de grandes y pesadas esferas de granito, me provoca una profunda admiración y absoluto respeto por sus hacedores, quienes tuvieron la innegable capacidad para realizar tan singular tarea, equipados tan solo de herramientas neolíticas, materiales vegetales y un inquebrantable propósito.

El mejor tributo que podemos dar a nuestros antepasados históricos, es reconstruir la obra que ellos edificaron en siglos, y nuestro arrogante progreso borró en pocos años.

Las esferas de piedra del Diquís no son tan sólo un importante legado cultural para los costarricenses, constituyen además un precioso patrimonio para toda la humanidad.


Alberto Sibaja. San José de Costa Rica. Octubre de 2007.